Kike M presenta Los Hijos del miedo

Hace un par de semanas que publiqué este último sencillo llamado «Los hijos del miedo» y no quería quedarme sin dejar constancia de ello por estos lares míos.

Aunque sea un nuevo lanzamiento, este tema es uno de los más antiguos de mi repertorio y si ahora se publica renovado es porque nunca me aburrió a pesar del paso del tiempo (cosa excepcional). He querido grabarlo de un modo minimalista y crudo, que es como vengo interpretándolo en directo desde hace tres años aproximadamente: Con voces y percusión. Y para ello he querido contar precisamente con los músicos que la han tocado y cantado conmigo en los conciertos. Por un lado están las voces de Manu Clavijo y Gabriel Vidanauta, que habitualmente me acompañan como violinista y batería respectivamente pero que, por su naturaleza de cantautores, también entonan y armonizan a las mil maravillas. Por otra parte están mis compañeros de La Troje: Diego Aragón e Irene Lume que para esta ocasión vinieron con su bombo legüero y su pandero cuadrado de Peñaparda a darle vida y ritmo a la canción. Mi andadura con ellos en La Troje es cortita pero prometedora, nos une la pasión por la música folk y las ganas de no dejar de aprender.

Pero volvamos a esta canción porque, como os he dicho ya tiene unos cuantos años. Nadie sabe que la primera versión de este tema contaba con otras tres estrofas de mi querido amigo Manuel Llorente que se mezclaban con mucha guitarra, cajón y percusión de taconeo sobre tabla. Hubo un intento de grabación del tema en Salamanca hace unos seis o siete años pero, aunque nos tiramos media jornada grabando, esta versión nunca vio la luz.

Más adelante, en plena pandemia y por medio del aburrimiento y la motivación edulcorada del confinamiento decidí grabar en casa con mis escasos medios una segunda versión de – Los hijos del miedo – esta vez ya sin guitarra y con la base rítmica de mi bodhrán. La grabamos en el salón con una cortina roja como fondo y mi compañero de piso Juan Coca se encargó de capturar y editar el vídeo. Este fue el resultado:

Sinceramente, no sé si a este tema se le puede sacar más punta pero de momento se ha puesto en contacto conmigo un coro que desea incluir mi canción en su repertorio… y yo, que vivo un poco en una burbuja, alucino con este tipo de noticias porque si al final sucede y llega a los oídos vírgenes de alguien mis letras y melodías a través de otras voces, yo ya habré cumplido mi parte. ¿No es eso lo que todo artista busca? Conectar, compartir y reverberar.