Ya vamos por el tercer single adelanto de lo que será mi próximo segundo disco: Cantres de arcilla.
Los tiempos de la industria musical y de las supuestas nuevas formas de consumir música nos obligan a ir destripando los discos canción a canción. El inconveniente que yo le veo a todo esto es que en el momento del lanzamiento del disco ya te han hecho un spoiler desordenado de la mitad de las canciones del mismo. La realidad es que nadie está mirando esto. Reflexiono sobre mi propia forma de consumir música y lo cierto es que no estoy muy al tanto de las novedades de mis artistas de cabecera. En mi rutina cotidiana acudo a los discos que sé que me gustan desde siempre o que descubrí hace poco y me los escucho de pé a pá. Seguramente mi gerneración aún guarde esta costumbre antigua de escuchar un álbum entero y en el orden en el que se ha publicado. Pero por lo que puedo percibir desde mi lado de artista (o al menos lo que uno puede contabilizar) es que mi música se escucha mayoritariamente por canciones sueltas inmersas en listas de reproducción kilométricas en medio de otro puñado de artistas. No digo que a mi las listas no me gusten pero acudo a ellas solo ocasionalmente porque prefiero zambullirme en el universo del proyecto que estoy escuchando…
El caso es que uno se siente un poco abrumado con todas estas contradicciones lo que no me quita la ilusión de estrenar nueva música. Nueva música… para los oidos nuevos que se topen con ella porque «Café con aguacate» tiene ya solera en ese saco de canciones nuevas que uno guarda hasta que llega el momento de publicarlas. En ese saco conviven canciones de hace unos meses y de hace unos años. En algún momento de mi vida me gustaría sacar un disco con la máxima de que las canciones que contenga no tengan más de un año. ¡Sería una locura! aceleraría todos los procesos y seguramente el resultado no sería tan mimado y pulido como lo está siendo ahora pero quizá habría frescura y yo mismo estaría alineado con las canciones.
Hay que ver lo que me gusta irme por las ramas. La cuestión que nos ocupa es este nuevo tema que habla de un momento de mi vida en el que las cosas se ordenaron y no supe cómo gestionar mi tiempo ni la paz que me sobrevino. Estar siempre buscando, creando, creciendo y probando nuevas experiencias es precioso pero no estoy acostumbrado a parar y observar el poso que deja todo ese movimiento.
Así que os invito a que, en la medida de lo que cada cual pueda, os toméis vuestro tiempo de desayuno y escuchéis este nuevo tema que está cargado de calma, melancolía y luz.
Y tened mucho cuidado con el verano, que lo carga el diablo.
Mucho amor.